La elección del Papa León XIV, el pasado 8 de mayo de 2025, representa un momento significativo para la Iglesia universal y, en particular, para los pueblos de la Amazonía. Robert Francis Prevost, ex-obispo de Chiclayo y nacionalizado peruano, asume el pontificado con una historia de cercanía pastoral con las comunidades del Perú profundo. Su elección como primer Papa estadounidense, pero profundamente arraigado en América Latina, abre nuevas perspectivas para la misión eclesial en el bioma amazónico.
Un Papa con raíces latinoamericanas
Aunque nacido en Chicago, el nuevo pontífice ha desarrollado una trayectoria pastoral marcada por el diálogo intercultural, la promoción de la justicia social y una sensibilidad profunda por las realidades del continente. Su paso por Perú no fue solamente administrativo: estuvo marcado por el encuentro con comunidades rurales, indígenas y empobrecidas, muchas de ellas amenazadas por la minería ilegal, la deforestación y la exclusión sistémica.
Esta experiencia, vivida en carne propia, lo conecta con el clamor de la Amazonía que el Papa Francisco recogió en la encíclica Laudato Si’ y profundizó en la exhortación Querida Amazonía (2020). En esta continuidad, León XIV tiene ahora la oportunidad de reforzar el compromiso de la Iglesia con la ecología integral y con los derechos de los pueblos originarios.
La Amazonía: territorio clave para la misión eclesial
El Sínodo para la Amazonía en 2019 marcó un hito para la Iglesia. Dio voz a las comunidades amazónicas y reconoció su riqueza espiritual, cultural y ecológica. La Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA) nació como fruto de ese proceso sinodal, con el llamado a vivir una Iglesia con rostro amazónico, inculturada, intercultural y sinodal. Bajo el nuevo pontificado, se espera que este proceso no solo continúe, sino que se profundice.
El Papa León XIV ha demostrado, incluso antes de su elección, afinidad con las reformas eclesiales promovidas por su predecesor. Su perfil de escucha y mediación, así como su compromiso con la formación en teología contextual, pueden favorecer la consolidación del Rito Amazónico como expresión litúrgica legítima y necesaria en los territorios donde la fe se vive de forma integrada con la cosmovisión de los pueblos indígenas.
Desafíos pastorales y ambientales
El contexto actual exige una respuesta pastoral articulada con los desafíos ambientales. La Amazonía sigue siendo amenazada por megaproyectos extractivos, el narcotráfico, la trata de personas y el debilitamiento de los marcos institucionales que deberían protegerla. En este escenario, la Iglesia tiene un papel profético: acompañar a las víctimas, defender la vida en todas sus formas, y promover un modelo de desarrollo alternativo.
La figura del nuevo Papa puede ser clave para impulsar el liderazgo ecológico de la Iglesia a nivel global. Su pontificado podría ser un catalizador para que las voces de la Amazonía tengan mayor eco en instancias internacionales, como la COP30 que se celebrará en Belém en noviembre de este año. Un llamado desde Roma, respaldado por la CEAMA, puede fortalecer la incidencia política y pastoral por la defensa de la Casa Común.
Una esperanza renovada
La Amazonía necesita aliados, no solo en lo político y social, sino también en lo espiritual. En ese sentido, León XIV representa una esperanza renovada para la Iglesia en el territorio. Su cercanía al legado de Francisco, combinada con una experiencia pastoral concreta en el corazón de América Latina, lo posiciona como un puente entre los clamores de la tierra y los compromisos con los pobres.
La CEAMA, como espacio de articulación eclesial y territorial, tiene la oportunidad de caminar con el nuevo pontificado hacia una Iglesia más sinodal, profética y comprometida con los pobres y la creación. La elección de León XIV puede ser leída como un signo de los tiempos: la Amazonía sigue en el corazón de la Iglesia, y la Iglesia sigue siendo llamada a caminar con los pueblos que la habitan.