Con profunda alegría y espíritu de comunión, la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA) se une a la celebración por los 70 años de la creación del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM) y de la Primera Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, realizada en Río de Janeiro en 1955.
Este hito marcó un antes y un después en la vida pastoral de nuestra Iglesia continental, consolidando un camino de colegialidad, discernimiento y compromiso misionero al servicio de los pueblos de América Latina y el Caribe. Desde sus inicios, el CELAM ha sido signo de unidad en la diversidad, fuente de inspiración para una Iglesia en salida, encarnada en la historia, atenta a los signos de los tiempos y comprometida con los más pobres.
A lo largo de estas siete décadas, el CELAM ha animado procesos de enorme relevancia eclesial y pastoral, siendo motor de las Conferencias Generales de Medellín, Puebla, Santo Domingo, Aparecida, y más recientemente, del camino sinodal que impulsa una Iglesia cada vez más participativa y corresponsable.
Desde la Amazonía –territorio sagrado, pulmón del planeta y lugar donde la vida clama justicia y la creación espera redención– elevamos nuestra gratitud a Dios por el don del CELAM y por los abundantes frutos de esta historia compartida.
En este tiempo jubilar, la CEAMA reafirma su compromiso de caminar en sinodalidad, desde una Iglesia inculturada, intercultural y profundamente ecológica, en fidelidad a las inspiraciones del Papa Francisco expresadas en la Exhortación Apostólica Querida Amazonía y en el Sínodo Panamazónico.
Con esperanza renovada, nos unimos al anhelo de una Iglesia que se deja interpelar por los clamores de la tierra y de los pueblos, que abraza la conversión integral y que busca ser, en cada rincón de nuestro continente, fermento del Reino, testigo de misericordia y constructora de paz.
Que María, Nuestra Señora de Guadalupe, madre de los pueblos y estrella de la evangelización, siga acompañando y guiando nuestro caminar en la fe, la unidad y la profecía.