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CEAMA visita el Dicasterio para la Vida Consagrada

En el marco de su visita a Roma, la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA) sostuvo un valioso encuentro con el Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, a través del Cardenal Ángel Fernández Artime, Pro-Prefecto del Dicasterio.

El diálogo se desarrolló en un ambiente de gran cercanía, gratitud y esperanza compartida, donde se reconoció el profundo aporte de la vida religiosa en el proceso sinodal amazónico y en la construcción de una Iglesia con rostro amazónico, sinodal e intercultural.

Una vida consagrada enraizada en los pueblos y en el territorio

Durante el encuentro, la delegación de la CEAMA presentó los avances del caminar eclesial en la Amazonía, destacando la fuerza transformadora de la vida consagrada femenina en los territorios.

La Hna. Laura Vicuña, en nombre de las religiosas amazónicas, subrayó que “las mujeres consagradas han sido presencia fiel, silenciosa y fecunda en medio de los pueblos, acompañando procesos de vida, educación, salud y evangelización encarnada. Desde las comunidades indígenas y ribereñas, seguimos tejiendo esperanza junto a las familias y los pueblos originarios”.

El Cardenal Fernández Artime agradeció con emoción este testimonio, resaltando que la vida consagrada amazónica “inspira a toda la Iglesia universal a redescubrir la sencillez, la cercanía y el compromiso concreto con los más pobres y con la creación”. Añadió que el Dicasterio “mira con esperanza el proceso de la CEAMA y reconoce en él una expresión madura de sinodalidad y misión compartida”.

Intercongregacionalidad y misión compartida

Los participantes dialogaron ampliamente sobre la importancia de la intercongregacionalidad como rasgo distintivo de la misión en la Amazonía. Las comunidades religiosas, más allá de sus carismas particulares, han aprendido a vivir en comunión y complementariedad, uniendo fuerzas en proyectos pastorales, educativos y ecológicos.

Mauricio López, vicepresidente de la CEAMA señaló que “esta forma de vivir y trabajar juntos expresa la novedad del Espíritu que impulsa una Iglesia que aprende a discernir comunitariamente, donde todos los carismas están llamados a ponerse al servicio de la vida”.

Por su parte, Mons. Zenildo Lima, vicepresidente de la CEAMA, recordó que “la vida consagrada es una escuela de sinodalidad; ella nos enseña a caminar en fraternidad y en servicio, sin protagonismos, sino en auténtica comunión con el pueblo de Dios”.

Un signo de esperanza para toda la Iglesia

El Cardenal Pedro Barreto, presidente de la CEAMA, expresó su gratitud al Dicasterio por el apoyo constante al proceso eclesial amazónico, y afirmó: “La CEAMA es fruto del Espíritu; es una expresión inédita de comunión eclesial que integra la vida consagrada, los laicos, los obispos, sacerdotes y los pueblos originarios. Cuidarla es cuidar un don de Dios para toda la Iglesia”.

Asimismo, Patricia Gualinga destacó la dimensión profética de las religiosas amazónicas, señalando que “su presencia junto a los pueblos más olvidados, su forma sencilla de vivir la fe y su compromiso con la creación son un testimonio del Evangelio que ilumina el presente y el futuro de la vida consagrada”.

Un gesto que habla desde el corazón del territorio

El encuentro concluyó con un signo profundamente simbólico. La CEAMA ofreció al Dicasterio un presente representativo del espíritu amazónico: una artesanía de Cumare del Departamento de Vichada (Colombia), como expresión de comunión, gratitud y esperanza compartida.

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