El Cardenal Pedro Barreto denuncia la fragilidad de la justicia y los derechos humanos en el Perú

En un contundente llamado a la reflexión, el Cardenal Pedro Barreto, presidente de la Conferencia Eclesial de la Amazonía, expresó su profunda preocupación por la creciente fragilidad de la justicia, la corrupción y la desprotección de los derechos humanos en el Perú, con especial énfasis en la situación de las comunidades indígenas y las poblaciones más vulnerables.

“El respeto irrestricto de los derechos humanos y la justicia socio-ambiental es un compromiso ineludible de la Iglesia Católica. Por ello, me veo en la obligación de testimoniar sobre las graves injusticias que afectan a nuestro país”, afirmó el Cardenal Barreto.

Entre los temas abordados, destacó:

​•​Crisis en la administración de justicia: La falta de transparencia y meritocracia en la designación de magistrados y miembros de la Junta Nacional de Justicia (JNJ) genera desconfianza y alimenta la criminalidad estructural.

​•​Economías ilegales protegidas por políticas de Estado: Narcotráfico, minería y tala indiscriminada siguen siendo problemas alarmantes que no encuentran solución debido a la complicidad normativa.

​•​Abandono de los derechos de los pueblos indígenas: A pesar del Convenio 169 de la OIT, 721 comunidades nativas y 1.119 comunidades campesinas esperan la titulación de sus territorios.

​•​Violencia contra líderes indígenas: En los últimos  años, cerca de 70 líderes ambientales han sido asesinados por defender sus tierras y derechos. Casos como los de Erasmo García y Yenes Ríos, asesinados en 2021, ejemplifican esta trágica realidad.

​•​Violencia de género: Más de 500 niñas indígenas Awajún y Wampís han sufrido abusos sexuales en la Amazonía peruana, con la mayoría de los casos en la impunidad.

El Cardenal Barreto enfatizó que la Iglesia Católica, junto con las comunidades afectadas, exige un cambio profundo en las políticas públicas que priorice la justicia, la transparencia y el respeto por los derechos humanos. “El pueblo de Dios clama justicia, y como Iglesia, estamos llamados a ser su voz”, concluyó.

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