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Jubileo de la Tierra, el Agua y los Bosques: “Mirar a las criaturas sin dominación”

En el marco de la fiesta de San Francisco de Asís, patrono de la ecología y del cuidado de la creación, la Arquidiócesis de Manaos celebró el Jubileo de la Tierra, el Agua y los Bosques, una jornada profundamente espiritual que reunió a fieles, comunidades y líderes eclesiales en un acto de alabanza, gratitud y compromiso por la Casa Común.

El Cardenal Leonardo Ulrich Steiner, arzobispo de Manaos y presidente del Consejo Indigenista Misionero (CIMI), presidió la celebración, destacando que este jubileo “reúne a todas las criaturas” y nos recuerda que toda la creación participa del misterio de la salvación.

“Los pequeños son aquellos que contemplan a las criaturas sin dominio”, expresó el Cardenal Steiner. “Son los que miran el mundo sin el deseo de someterlo, de poseerlo o explotarlo, sino con el deseo de cuidarlo, educarlo y amarlo”.

Caminar con los pequeños de la creación

La celebración comenzó con una peregrinación simbólica desde la Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios hasta la Catedral Metropolitana de Manaos. A lo largo del recorrido, se reflexionó sobre los dones de la tierra, el agua y el bosque, reconociendo su papel esencial en la vida del planeta y en la espiritualidad de los pueblos amazónicos.

En su homilía, el Cardenal Steiner recordó que la redención abarca no solo a la humanidad, sino a toda la creación:

“Toda obra del cielo y de la tierra ha sido redimida. Dios ha querido incluir en su amor a toda criatura. El Evangelio nos enseña que los pequeños —los que no se imponen, los que sirven— son los que alcanzan la plenitud”.

Retomando la inspiración de San Francisco de Asís, explicó que el santo llamó “menores” a sus hermanos precisamente porque se reconocían inferiores ante todas las criaturas, no para humillarse, sino para vivir en fraternidad universal, una relación donde nadie domina y todos cuidan.

“Los dominadores no comprenden que el agua es hermana, que el sol es hermano, que la tierra es madre”, añadió el cardenal. “Por eso, necesitamos volver a ser pequeños para alcanzar la mirada que alaba y preserva la creación.”

El arzobispo concluyó su reflexión invitando a los participantes a crear su propio himno de alabanza, una oración encarnada en la vida cotidiana, en la defensa del bosque, en la solidaridad con los pueblos y en la custodia del agua:

“Alabar es tener ojos que no destruyen, sino que preservan. Es mirar las criaturas con ternura y dejarnos conmover por lo pequeño, porque también Jesús alabó a los pequeños.”

Vigilia Popular por la Amazonía: voces del pueblo y de la tierra

En la noche anterior, la Plaza del Congreso de Manaos fue escenario de la Vigilia Popular por la Amazonía, bajo el lema “Voces del Pueblo y de la Tierra”. Organizada por la Arquidiócesis de Manaos junto con redes eclesiales, movimientos populares y comunidades juveniles, la vigilia fue un encuentro de oración y compromiso en defensa de la Amazonía Viva, de los derechos de los pueblos y de la justicia climática.

Este gesto espiritual y político se enmarca en la preparación hacia la COP30, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se realizará en Belém (Brasil) en noviembre de 2025.

Durante la vigilia, Dom Hudson Ribeiro, obispo auxiliar de Manaos y referente del ministerio social, propuso un gesto simbólico que conmovió a todos los presentes: extender los brazos y mantenerlos elevados en actitud de clamor.

“¿Cuánto tiempo podemos mantener los brazos en esta posición?”, preguntó. “Así se sostiene hoy la Amazonía, cansada, pero viva. Así se sostiene el pueblo que clama por justicia, así se sostiene la esperanza que se levanta cuando nos apoyamos unos a otros.”

Este gesto, explicó el obispo, es al mismo tiempo clamor y alabanza:

“Miles de personas claman por ayuda, y el bosque también clama por nuestra atención. La naturaleza es sujeto de derechos y nos pide cuidado, voz y compromiso.”

Con las manos entrelazadas, los participantes oraron por los pueblos amazónicos, por los defensores de la vida y por quienes trabajan incansablemente por una ecología integral que una la fe, la justicia y el amor a toda criatura.

“Que el buen Dios, que nos creó a todos, esté siempre con nosotros mientras levantamos a los que han caído, mientras extendemos nuestras manos para cuidar la Casa Común”, concluyó Dom Hudson Ribeiro.

Un signo de esperanza para la Iglesia amazónica

El Jubileo de la Tierra, el Agua y los Bosques y la Vigilia Popular por la Amazonía son expresiones vivas del camino sinodal y ecológico que impulsa la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA) junto con la REPAM y las Iglesias locales.

Estos encuentros reafirman que la espiritualidad franciscana, la sabiduría indígena y la teología de la creación convergen en un mismo horizonte: la fraternidad universal y el cuidado amoroso de la Casa Común.

“Mirar a las criaturas sin dominación”, como recordó el Cardenal Steiner, es una invitación a vivir con humildad, a reconocer nuestra pequeñez y a redescubrir en cada río, árbol y ser viviente el rostro de Dios que sigue creando y salvando.

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