Nicolás Viel, misionero chileno de la Red Itinerante de la Triple Frontera (Brasil, Colombia y Perú), compartió su experiencia de servicio en el Equipo Itinerante, una expresión viva de la sinodalidad y de la misión encarnada en la Amazonía.
Con 27 años de historia, el equipo itinerante nació del sueño del jesuita Claudio Perani, quien concibió una comunidad de hombres y mujeres —consagrados, laicos y laicas— llamados a recorrer libremente la Amazonía, sin estructuras fijas, sin prisas, acompañando la vida del pueblo con cercanía, escucha y discernimiento.
“El equipo itinerante tiene en su origen una intuición profundamente sinodal —afirma Viel—. Tal vez no se usaba ese término entonces, pero su método teológico y pastoral es esencialmente comunitario y participativo. Nuestra tarea es estar con la gente, compartir su vida, escuchar, y desde ahí acompañar sus procesos.”
En su actual presencia en la triple frontera entre Brasil, Colombia y Perú, el equipo busca reanudar su caminar misionero en esta zona estratégica y diversa, marcada por desafíos humanos, sociales y ambientales. La misión se realiza en comunidades de pueblos como los Kukama y Tikuna, acompañando procesos de formación de líderes, revitalización lingüística, organización comunitaria y cuidado de la Casa Común.
“Nuestro servicio es como la levadura en la masa”, explica Viel, “una presencia discreta, cercana, que suma a procesos ya existentes. No llegamos a conducir ni a inventar nada, sino a acompañar y a unir nuestras fragilidades con las de otros, sabiendo que de esa unión nacen cosas hermosas.”
El misionero destaca que la Iglesia Amazónica ofrece una inspiración profunda a la Iglesia universal: una Iglesia martirial, encarnada y profética, nutrida por el testimonio de cientos de hombres y mujeres que han dado su vida en defensa de la fe, de los pueblos y de la creación.
“La historia de la Iglesia Amazónica es una historia de mártires —dice Viel—. En ellos encontramos una energía poderosa, una fuerza del Espíritu que sigue alentando a nuestras comunidades. La Amazonía es, al mismo tiempo, el territorio más hermoso y más amenazado. En ella resuenan el grito de la tierra y el grito de los pobres, que son un solo grito.”
Desde la CEAMA, reconocemos en el testimonio del Equipo Itinerante una expresión concreta del llamado del Papa Francisco a una Iglesia en salida, sinodal y encarnada, que aprende de los pueblos, escucha sus clamores y camina con ellos en la búsqueda de nuevos caminos para la vida y la misión en la Amazonía.




