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Un chinchorro de moriche: la voz tejida del Pueblo Warao para el Papa León XIV

Durante la visita institucional de la Presidencia de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA) a la Santa Sede, realizada del 23 al 29 de octubre de 2025, el Papa León XIV recibió un regalo profundamente simbólico: un chinchorro tejido en fibra de moriche, elaborado por Karismar Sánchez, mujer indígena del pueblo Warao, originaria del estado Delta Amacuro (Venezuela) y actualmente migrante en el abrigo Janokoida, en Boa Vista, Roraima – Brasil.

Tejido de esperanza y fraternidad

El chinchorro —símbolo de descanso, encuentro y comunidad en la cultura amazónica— fue tejido con fibra natural de moriche (Mauritia flexuosa), extraída del cogollo de la palma que crece en las zonas húmedas de la Amazonía y la Orinoquía. Esta fibra, ligera, suave y resistente, se utiliza tradicionalmente en la elaboración de hamacas, canastos y cuerdas.

El proceso de extracción del moriche se realizó de forma sostenible, pues el cogollo se regenera, permitiendo que la planta continúe su ciclo vital. Así, cada hilo tejido se convirtió en signo de cuidado de la Casa Común, de respeto por la naturaleza y de sabiduría ancestral de los pueblos amazónicos.

“El chinchorro representa el abrazo de la Amazonía al Papa. Es la expresión del trabajo, la esperanza y la fe de los pueblos que, aun en medio de la fragilidad, siguen tejiendo vida y comunión”, expresó la Presidencia de la CEAMA durante la entrega.

Símbolo de comunión y sinodalidad amazónica

El regalo al Papa León XIV expresó la profunda comunión entre la Iglesia amazónica y la Iglesia universal, en un tiempo en que el camino sinodal invita a reconocer los rostros concretos de la fe que nacen en los márgenes y en los pueblos originarios.

El chinchorro, tejido por manos migrantes, encarnó la interculturalidad y la fraternidad que el Papa promueve, recordando que la misión de la Iglesia se entrelaza en los gestos sencillos y en la vida cotidiana de las comunidades.

Este presente amazónico no fue solo una artesanía: fue una oración hecha fibra, un signo de hospitalidad y un recordatorio de que la esperanza también se teje con los hilos de la solidaridad.

Voces que cruzan fronteras

Junto al chinchorro, la Presidencia de la CEAMA entregó al Santo Padre cartas escritas por el pueblo Warao, en las que narran su realidad marcada por la migración, la pobreza y la resiliencia. En ellas, expresan su gratitud y bendicen al Papa León XIV, afirmando que, aun en la incertidumbre, sostienen la esperanza de su pueblo, especialmente de sus niñas y niños.

Este gesto, nacido del corazón de la Amazonía, recordó que la fraternidad no tiene fronteras y que, en la red viva de la Iglesia, cada pueblo tiene un hilo que aportar al gran tejido de la comunión.
Acompañamiento y procesos en movimiento

El Secretario Ejecutivo de la CEAMA, Marcelo Lemos, quien realiza su doctorado en Sociología y Antropología en la Universidad Complutense de Madrid, y en Desarrollo y Cooperación Internacional en la Universidad de Brasília, facilitó este proceso de movilización con el pueblo Warao, fortaleciendo los lazos entre comunidades desplazadas y la Iglesia amazónica.

Además del presente simbólico, se prevé seguir avanzando en los diálogos de la Conferencia con los pueblos en situación de desplazamiento forzado, promoviendo acciones conjuntas de acompañamiento pastoral y social.

En estrecho contacto con Mons. Ernesto Romero, obispo de Tucupita (Venezuela), la CEAMA busca estrechar oportunidades de apoyo a las comunidades desplazadas del Delta del Orinoco, reafirmando el compromiso de la Iglesia con quienes viven en los márgenes de la Amazonía y de la historia.

Para el Secretario Ejecutivo,

“el pueblo Warao en desplazamiento está realizando un giro profundo en su autodeterminación indígena. En nuestras investigaciones y encuentros, figuras como el maestro y poeta Jhon Vargas, la lideresa Yolis Lyon, el joven Andy Tovar y el cacique Santo Tovar van señalando la fuerza de esa autodeterminación frente a las fronteras humanitarias, las políticas públicas insuficientes y la negación del derecho al territorio.”

La Presidencia de la CEAMA, en la persona del Cardenal Pedro Barreto y Monseñor Zenildo Lima, arzobispo auxiliar de Manaus, entregó el regalo al Santo Padre, expresando la voluntad de seguir escuchando a los pueblos en desplazamiento forzado en la Amazonía, como parte del testimonio sinodal de una Iglesia que camina, sueña y teje junto a sus pueblos.

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