Hoy, 9 de agosto, la comunidad internacional conmemora el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, una fecha que nos invita a mirar con gratitud, respeto y compromiso a las más de 390 nacionalidades y pueblos indígenas que habitan la Amazonía. Son guardianes milenarios del bioma más vital del planeta, sabios del cuidado de la Casa Común, y portadores de una espiritualidad que conecta profundamente con la vida, la tierra y el Creador.
Desde la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA), en comunión con la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), la Red de Educación Intercultural Bilingüe Amazónica (REIBA) y el Programa Universitario Amazónico (PUAM), alzamos la voz para reconocer su dignidad, visibilizar sus luchas y reafirmar nuestro compromiso evangélico y eclesial de caminar juntos, en clave sinodal, con y desde los pueblos indígenas amazónicos.
Los pueblos indígenas de la Amazonía: identidad, resistencia y memoria viva
Los pueblos indígenas amazónicos no son “poblaciones vulnerables” en un sentido pasivo. Son protagonistas de su historia, defensores de sus territorios, de su derecho a existir como pueblos diferenciados, con lengua, cosmovisión, organización social y espiritualidad propia. Son pueblos con sabiduría ancestral, que ofrecen una visión alternativa del desarrollo, centrada en el buen vivir, la armonía con la naturaleza y la vida en comunidad.
Frente a las múltiples amenazas que enfrentan —como el extractivismo desenfrenado, la deforestación, la contaminación de ríos, el narcotráfico, el despojo territorial, la criminalización de líderes y el olvido institucional—, los pueblos indígenas siguen resistiendo con dignidad, tejiendo redes de solidaridad, recuperando su cultura y exigiendo justicia.
Desafíos persistentes: tierra, vida y derechos
Los desafíos son múltiples y urgentes:
- El acceso y la defensa del territorio sigue siendo una prioridad. Muchos pueblos viven sin titulación colectiva o enfrentan invasiones constantes de actores ilegales.
- El derecho a la educación y salud intercultural está lejos de garantizarse en muchos lugares de la Amazonía.
- La violencia y criminalización de líderes y defensoras del territorio ha aumentado en la última década.
- La transmisión de lenguas indígenas y el fortalecimiento de las culturas ancestrales requiere apoyo estructural y respeto estatal.
- La participación en espacios de decisión política y eclesial aún está lejos de ser equitativa.
Una esperanza que brota desde las raíces
A pesar de los desafíos, la esperanza sigue brotando desde los pueblos indígenas mismos. La revitalización de las lenguas, el fortalecimiento de las mujeres indígenas como lideresas, la articulación regional de organizaciones, y la creación de redes eclesiales con rostro indígena, son signos concretos de que la Amazonía vive y late con fuerza.
Desde CEAMA, REPAM, REIBA y PUAM creemos firmemente en una Iglesia con rostro indígena y amazónico, que no solo acompaña, sino que se deja interpelar y transformar por los pueblos. Estamos comprometidos con una formación intercultural y contextualizada, con la promoción de ministerios indígenas, con la defensa de los derechos humanos y de la tierra, y con la construcción de caminos de sinodalidad real, donde las voces indígenas sean centro y no periferia.
Escuchar, defender, caminar juntos
En este día, renovamos el llamado del Papa Francisco en Querida Amazonía, cuando sueña con una Amazonía que luche por los derechos de los más pobres, donde las culturas indígenas puedan florecer, y donde la Iglesia se encarne en la vida de los pueblos.
Que este Día Internacional de los Pueblos Indígenas nos anime a escuchar con el corazón, a defender con valentía, y a caminar juntos hacia una Amazonía justa, intercultural, espiritual y viva.