Patricia Gualinga, vicepresidenta de la CEAMA, destaca el rol protagónico de los pueblos originarios
En el marco de la COP30, que este año se desarrolla en el corazón de la Amazonía, la presencia de los pueblos indígenas ha sido significativa y altamente visible. Así lo afirma Patricia Gualinga, vicepresidenta de la Conferencia Eclsial de la Amazonía (CEAMA), quien subraya que esta participación activa se ha extendido tanto a la Zona Azul como en la Cumbre de los Pueblos, donde las delegaciones indígenas siguen de cerca las decisiones y negociaciones climáticas.
Gualinga destaca que los pueblos indígenas llegan a esta cumbre con una postura clara: no permitir retrocesos ni estancamientos frente a la urgencia climática. A pesar de la presión de los lobbies extractivistas, las comunidades insisten en que la COP30 debe dar respuestas reales a la situación que vive la Amazonía.
En medio de un contexto marcado por crisis ambientales y sociales, la vicepresidenta de la CEAMA recuerda que “este es el momento de actuar y no de pensar solo en negocios, sino en decisiones a favor de la vida”.
¿Qué esperan los pueblos indígenas de la COP30?
Para Gualinga, la sede amazónica de la cumbre exige que los pueblos indígenas estén en el centro de las decisiones. Por ello, esperan que los acuerdos reconozcan plenamente:
- El valor de los conocimientos ancestrales.
- El derecho al consentimiento libre, previo e informado, especialmente frente a actividades extractivas.
- La titulación y protección efectiva de los territorios.
- La inclusión explícita de sus derechos en todos los mecanismos y salvaguardas que surjan de la negociación.
“Los pueblos indígenas no pueden ser excluidos ni silenciados. Nuestros derechos no deben ser socavados, sino fortalecidos”, afirma Gualinga.
El gran desafío después de la COP30
Más allá de los acuerdos internacionales, la lideresa amazónica advierte que el reto principal será su implementación real en los países. Esto implica que los compromisos vinculantes asumidos en la cumbre se traduzcan en políticas públicas y acciones concretas en los territorios.
Las transiciones energéticas y las transiciones justas solo serán legítimas —sostiene Gualinga— si respetan plenamente los derechos de los pueblos indígenas y los integran como aliados estratégicos de la solución.
Guardianes de la vida y de la Amazonía
Gualinga recuerda que los pueblos indígenas están en la “primera línea de defensa” de la Amazonía. Su comprensión profunda de la crisis global, junto con su presencia en los territorios aún conservados, constituye un aporte esencial para enfrentar el cambio climático.
Por ello, insiste en que las acciones concretas de protección territorial deben ser reconocidas y apoyadas, incluyendo mecanismos de financiamiento directo que permitan fortalecer el cuidado y la continuidad de la vida en estos espacios sagrados.