En el marco de los cinco años de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA), Mauricio López, vicepresidente de la CEAMA compartió una reflexión profunda sobre el sentido de este aniversario y el horizonte que se abre.
“Celebrar los cinco años de la CEAMA es celebrar un proceso de siembra. Esta Conferencia no es solo una estructura, es una riqueza histórica de los pueblos, de las comunidades, de una Iglesia que se encarna, se interculturaliza y se hace camino en la Amazonía”, expresó.
Para Mauricio, la CEAMA ha nacido de un largo recorrido sinodal que tuvo su punto más alto en el Sínodo para la Amazonía, pero que no se detuvo ahí:
“Es una semilla que sigue profundizando sus raíces. Reconoce el camino andado con la REPAM y lo amplía con nuevas iniciativas como la REIBA en educación intercultural, el PUAM en educación superior, entre muchas otras que expresan este rostro eclesial en el territorio.”
El aniversario es también un llamado al discernimiento:
“Nos toca preguntarnos, ¿qué nos exige este momento del mundo, tan fragmentado, herido por la emergencia climática, por la ruptura de la fraternidad global? La CEAMA tiene el desafío de ser un testimonio vivo, de dar luz desde la periferia, como lo sueña el Papa Francisco.”
Mauricio concluye que estos cinco años no son un punto de llegada, sino de renovado compromiso:
“La CEAMA busca ser esa novedad que sirve a la vida de los pueblos amazónicos y que también puede iluminar a la Iglesia universal. Porque cuando la periferia se convierte en centro, toda la Iglesia respira esperanza.”
A cinco años de su fundación, la CEAMA reafirma su vocación: ser signo de comunión, voz profética y semilla de Reino en el corazón de la Amazonía.