¡Abuelo Francisco!
¡Viste a la Querida Amazona en su belleza, dramas y misterios!
Escuchaste el clamor de la madre tierra y de los hijos e hijas de la tierra.
Descendiste a las periferias de la humanidad y nos dijiste que las periferias, desde su pequeñez, brillan como un sol, iluminando la tierra.
Amplificaste las voces de los pueblos de la tierra y de los pueblos amazónicos, ‘nunca los pueblos amazónicos han estado tan amenazados como ahora’.
En este día de tu Pascua, te unes al coro de los que siguieron al Cordero y contemplas al Señor cara a cara. Ahora te has vuelto ancestral y otro árbol Samaúma acoge tu espíritu. Escucho los sonidos de maracas, atabaques, flautas sagradas, tocando cantos de alegría y júbilo por tu llegada al Reino de los Cielos. Nuestros antepasados te reciben con cocar, con jenipapo y urucum, con sus pinturas y danzas sagradas.
El corazón de la Amazonía está enormemente agradecido, por haber escuchado tu voz profética, por haber participado de los cambios, que nos hacen regresar a la fuente primera del Ser Iglesia, pueblo de Dios que camina y en camino, fieles al Maestro Jesús.
El mensaje que las mujeres del alba anuncian hoy en el Evangelio es que Jesús ha resucitado, que ha vencido la muerte. Hoy anunciamos tu pascua. La Trinidad te acoge en sus brazos diciendo: «Ven hijo y participa del banquete de la vida”. Tus palabras se han extendido como semillas rebeldes por la tierra, que brotarán como un nuevo comienzo, llamándonos a las Galileas de hoy…
Gratitud es la palabra que la Amazonía tiene para decirle al mundo de hoy, por su existencia en estos 12 años de servicio a la Iglesia, Pueblo de Dios.
Gratitud por sacarnos de la invisibilidad y mostrar al mundo el dolor de nuestra madre tierra, cuyo vientre está desgarrado por la explotación de sus recursos naturales, que son bienes para toda la humanidad, para las generaciones presentes y futuras.
Gratitud por creer que la Amazonía es un territorio Sagrado por la experiencia de Sinodalidad, de Ser Iglesia Pueblo de Dios, por la confianza depositada en la Conferencia Eclesial de la Amazonía. Sabemos que tenemos un largo camino por delante, pero estamos seguros de que el Señor, el Resucitado, está con nosotros.
Gratitud por su vida donada a los más pobres, a los últimos y a las múltiples periferias. Tu sencillez tocó nuestros corazones y encendió una chispa para seguir caminos como “peregrinos de la esperanza”.
Hna. Laura Vicuña
Vicepresidente de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA)