“Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10, 10). Con estas palabras del Evangelio, diversas comunidades de fe y organizaciones eclesiales se reunieron en Quito los días 19 y 20 de septiembre para reflexionar sobre las Orientaciones Pastorales de las Iglesias frente a la Minería y reafirmar su compromiso en defensa de la vida y de los territorios.
Desde la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA), junto con Cáritas Ecuador, la Red Eclesial Panamazónica – REPAM Ecuador, la Red Iglesias y Minería, el Movimiento Laudato Si’ (Capítulo Ecuador), la Fundación Alejandro Labaka, la JPIC de la Conferencia Ecuatoriana de Religiosas y Religiosos, los Hermanos Capuchinos de Ecuador y la Congregación de la Providencia, se hizo llegar una carta de solidaridad a las comunidades en resistencia al extractivismo.
En el comunicado se expresa la preocupación frente al avance de la minería, el petróleo, la tala indiscriminada y los monocultivos, así como la contaminación de ríos y mares, la destrucción de la Amazonía y los megaproyectos viales que amenazan territorios comunitarios y áreas protegidas. Se denunció, además, la violencia y persecución que enfrentan quienes defienden la vida, la cultura y la naturaleza.
Inspirados en el magisterio del Papa Francisco y en el llamado del Papa León XIV a una “Paz con la Creación”, los participantes renovaron su compromiso de acompañar, fortalecer y animar las luchas de resistencia que buscan alternativas de vida en armonía con la naturaleza y con los pueblos.
La carta también destacó experiencias comunitarias de esperanza, como la de Cuenca y Azuay, donde la unidad y la organización permitieron decir “sí al agua, sí a los páramos y no a la minería”, confirmando que otro futuro es posible.
Mons. José Adalberto Jiménez, Obispo del Vicariato Apostólico de Aguarico y delegado de la CEAMA en Ecuador, participó del encuentro y apoyó la Carta de Solidaridad, reafirmando el compromiso de la Iglesia con la defensa de la Casa Común.
“Estamos convencidos de que la vida triunfa, porque Dios Padre-Madre acompaña a quienes luchan por la justicia, y porque no podemos fallar a las generaciones que vienen, que reclaman de nosotros un mundo sano, justo y solidario”, concluye el mensaje.
Con esta acción, la CEAMA y las organizaciones firmantes reiteran su compromiso con la defensa de la Casa Común, la vida y los pueblos que, con valentía, siguen abriendo caminos de esperanza para toda la humanidad.