“La CEAMA es un organismo donde todos —laicos, obispos, religiosos, pueblos originarios— caminamos con la misma dignidad de hijos e hijas de Dios”, afirma con esperanza y convicción Istélia Folha, delegada de Brasil ante la Conferencia Eclesial de la Amazonía. Su voz representa a muchas otras que, desde la Iglesia en el territorio, celebran estos cinco años de existencia como un hito inédito en la historia eclesial de América Latina y el Caribe.
Una organización nacida del Espíritu y de la Amazonía
La CEAMA no es una estructura más. Fue la primera organización creada por el Papa Francisco tras el Sínodo para la Amazonía, y nació con un corazón claramente sinodal: una Iglesia donde todos —sacerdotes, laicos, obispos, líderes indígenas, religiosos— participan, dialogan y deciden. “Es un organismo donde el pueblo de Dios está representado en los diferentes servicios, unidos por el Bautismo”, explica Istélia.
Su estructura refleja el deseo profundo de una Iglesia que no impone, sino que escucha, acoge y aprende. Y ese es, quizás, su mayor aporte: una sinodalidad real, no sólo proclamada.
Logros que son signo de esperanza
A lo largo de estos cinco años, CEAMA ha celebrado Asambleas presenciales, ha articulado a las iglesias amazónicas de los 9 países, ha promovido procesos de escucha activa y ha consolidado su vocación como organismo de encuentro, de presencia y de cuidado mutuo.
Según Istélia, CEAMA ha encarnado los cuatro sueños de Querida Amazonía: el sueño social, cultural, ecológico y eclesial, caminando con los pobres, defendiendo la ecología integral, valorando la diversidad cultural y renovando la vida pastoral.
Una Iglesia con rostro amazónico y corazón sinodal
Para la Iglesia universal, CEAMA representa un modelo concreto de cómo vivir la sinodalidad en contextos complejos y diversos. “Nuestra estructura, nuestra forma de caminar en la Amazonía, es un gran aprendizaje”, afirma Istélia. Una lección que va más allá de lo organizativo: se trata de una Iglesia que se encarna en la vida, que se hace pueblo y territorio.
Aprender a caminar codo a codo
En este primer quinquenio, también han surgido valiosos aprendizajes institucionales y pastorales. La CEAMA ha demostrado que es posible caminar codo a codo con el sufrimiento, las luchas y las alegrías del pueblo de Dios, tejiendo comunidades cristianas que no solo habitan la Amazonía, sino que tienen su rostro, su lenguaje y su espiritualidad.
Diversidad y comunión: frutos de la sinodalidad
“Respeto a la diversidad de pueblos, culturas, lenguas y el caminar juntos”: así resume Istélia una de los mayores logros de la CEAMA. En estos años, se ha fortalecido una Iglesia intercultural, enraizada en los territorios, que se reconoce parte de una misma misión: anunciar el Evangelio desde la escucha, el servicio y la comunión.
Un aniversario para agradecer y seguir soñando
Al celebrar cinco años, la CEAMA reafirma su vocación: ser una Iglesia amazónica, misionera, profética y sinodal. Un signo vivo de esperanza en medio de los desafíos de nuestra Casa Común.
Desde la Amazonía brasileña, Istélia nos recuerda que esta experiencia no es solo un proyecto pastoral, sino una inspiración para toda la Iglesia universal: “Queremos una Iglesia que no tenga miedo de dar nuevos pasos, que camine al ritmo de los pueblos, con el Espíritu como guía”.