Cada 22 de abril, el mundo celebra el Día Internacional de la Madre Tierra, una fecha que nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con el planeta y, desde la mirada de la Iglesia en la Amazonía, a renovar nuestro compromiso con el cuidado de la Casa Común. Para los pueblos originarios y comunidades amazónicas, esta relación no es meramente funcional o utilitaria: la Tierra es madre, fuente de vida, hermana y hogar.
Desde la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA), nos unimos a esta jornada global reafirmando que la crisis ambiental es también una crisis espiritual y cultural. Como nos recuerda el Papa Francisco en Laudato Si’, “todo está conectado” y no habrá futuro posible para la humanidad si no aprendemos a vivir en armonía con la Creación.
Los gritos de la Tierra y de los pobres
Hoy, la Amazonía enfrenta amenazas múltiples: deforestación, minería ilegal, tráfico de tierras, criminalización de defensores del territorio, cambio climático. Frente a ello, la Iglesia reafirma su opción por los pobres y por la Tierra. La CEAMA promueve espacios de escucha, formación y articulación entre comunidades, diócesis, pueblos indígenas y agentes pastorales, con una mirada integral y sinodal.
Esta fecha es una oportunidad para fortalecer nuestras acciones en favor de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en particular el ODS 13 (Acción por el clima) y el ODS 15 (Vida de ecosistemas terrestres), así como para dar testimonio concreto de una Iglesia en salida, samaritana y profética.
Una esperanza activa
El Día Internacional de la Madre Tierra no es solo una conmemoración, sino un llamado a la acción. Desde CEAMA, animamos a las comunidades eclesiales a organizar celebraciones litúrgicas con enfoque ecológico, talleres de sensibilización, jornadas de reforestación y espacios de diálogo intercultural.
Creemos en una esperanza activa, tejida desde abajo, con los pueblos que habitan y cuidan la Amazonía desde tiempos ancestrales. Cuidar la Madre Tierra es también cuidar el futuro, la justicia, la paz y la vida plena para todas y todos.