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El agua como ser vivo y bien sagrado: la defensa del Pueblo Sarayaku – Nelson Alex Dahua

Para el Pueblo Kichwa de Sarayaku, el agua no es solo un recurso: es un ser vivo, con espíritu, memoria y dignidad. Desde la cosmovisión de Kawsak Sacha (Selva Viviente), el agua sostiene la vida y la espiritualidad, conecta comunidades con la Pachamama y representa un vínculo sagrado con la historia ancestral del territorio. Así lo expresa Nelson Alex Dahua Machoa, líder indígena y actual representante del Pueblo Kichwa de Sarayaku (Pastaza, Ecuador), quien ha consagrado su vida a la defensa del territorio y sus bienes vitales.

“La defensa del agua está en el corazón mismo de nuestra identidad”, señala Nelson. Su trayectoria combina una sólida formación técnica en conservación de recursos naturales con un profundo compromiso por la autodeterminación de los pueblos originarios. Desde esa mirada integral, entiende el agua como un derecho humano, bien común y sagrado que debe ser protegido frente a múltiples amenazas: desde el extractivismo hasta los efectos del cambio climático.

Formación con raíz y horizonte

Nelson participa actualmente en el Diploma internacional de posgrado en gobernanza, regulación y gestión integrada del agua, en el marco del Programa Internacional del Agua (ACQUAS) del Instituto para el Diálogo Global y la Cultura del Encuentro, con apoyo de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA), donde espera integrar herramientas jurídicas, técnicas, ecológicas y espirituales. Esta formación busca fortalecer las capacidades de líderes comunitarios en defensa de sus territorios, promoviendo procesos que respeten las cosmovisiones indígenas y potencien la acción pastoral y comunitaria.

“Quiero aprender estrategias que ayuden a monitorear y restaurar los cuerpos de agua, pero también a visibilizar nuestra lucha y crear normativas propias que reflejen nuestra forma de ver el mundo”, explica. En Sarayaku, iniciativas como la Ley Autonómica del Consentimiento Previo, Libre e Informado, presentada en el evento Kawsari 2022, son ejemplos concretos de cómo la espiritualidad, el derecho y la política se entretejen en una propuesta de vida digna y sostenible.

Del territorio a los foros globales

La voz de los pueblos amazónicos, como la del Pueblo Sarayaku, tiene un enorme potencial de incidencia en la gestión del agua a nivel local, nacional e internacional. Gracias a procesos de organización, alianzas estratégicas y sentencias históricas —como el fallo de la Corte Interamericana en 2012—, Sarayaku se ha convertido en referente global de lucha pacífica por el territorio.

Para Nelson, el desafío está en mantener viva la espiritualidad ancestral, formar nuevas generaciones comprometidas con la defensa del agua y construir puentes con otros movimientos y sectores. “Necesitamos compartir nuestra experiencia, inspirar otros modelos de gestión hídrica basados en el respeto a la vida y a la naturaleza”, afirma.

Agua viva para una selva viva

La CEAMA reconoce que la defensa del agua en la Amazonía no es solo una necesidad ecológica, sino también un clamor espiritual y pastoral. Iniciativas como las que impulsa el Pueblo Sarayaku revelan que otra manera de habitar el mundo es posible, una forma de resistencia profundamente enraizada en el territorio y abierta al diálogo con la Iglesia universal.

En palabras de Nelson Dahua:

“El agua no se defiende solo con leyes, se defiende con el alma, con la palabra, con la comunidad, con el bosque. Porque donde hay agua viva, hay selva viva. Y donde hay selva viva, hay esperanza”.

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