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«Somos agua, somos vida, somos esperanza”: avanza en Iquitos la Cumbre Amazónica del Agua

Bajo la consigna “somos agua, somos vida, somos esperanza”, inició en la ciudad de Iquitos la Cumbre Amazónica del Agua, un espacio que reúne a más de 400 participantes de diversos países y pueblos amazónicos, junto con organizaciones sociales, académicas y eclesiales, para reflexionar sobre la realidad y el futuro del agua, bien fundamental para la vida del planeta.

La apertura de la Cumbre estuvo precedida por dos momentos significativos de oración y espiritualidad. La primera noche, la Iglesia local celebró la Misa por la custodia de la creación, seguida de la proyección del audiovisual “Agua y Amazonía”. Al día siguiente, representantes de diferentes países participaron en un acto simbólico de comunión y esperanza, que abrió paso a la jornada inaugural.

Una mesa diversa y representativa

El acto de bienvenida contó con la participación de representantes de los pueblos indígenas, de la juventud amazónica, de la Iglesia y del Vaticano. Allí destacó el testimonio de Mariluz Canaquiri, presidenta de la Federación Kukama Huaynakana, quien afirmó con fuerza:

“Defender los ríos nos da vida y dejará vida a nuestras futuras generaciones. Sin ríos no hay bosque y sin bosque no hay vida”.

Las palabras de Canaquiri subrayaron el papel de las mujeres kukama en la defensa del río Marañón, hoy reconocido como sujeto de derechos gracias a su lucha, aunque las amenazas persisten por el extractivismo y la contaminación.

El clamor de los pueblos y la voz de la Iglesia

En su saludo, Mons. Miguel Ángel Cadenas, obispo del Vicariato Apostólico de Iquitos, recordó que “la mejor manera de conocer a un río es sintiéndolo”, e invitó a mirar las heridas causadas por desastres como el derrame de petróleo en San José de Saramuro y la falta de acceso al agua potable en comunidades de Iquitos, donde más de 4000 personas viven sin este derecho básico.

Por su parte, el Cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, envió un mensaje en el que recordó que “el agua no es un recurso ‘útil’, sino un derecho humano fundamental, un bien común que debemos custodiar y compartir”.

Asimismo, el Cardenal Pedro Barreto, presidente de la CEAMA, resaltó la importancia de realizar la cumbre en Iquitos, donde el 60% de la población carece de agua potable, y reafirmó la continuidad del camino iniciado en el Sínodo Amazónico y en Querida Amazonía.

Juventud, justicia y acción común

El primer día de la Cumbre también visibilizó el aporte de la juventud, que semanas atrás protagonizó la Pre-Cumbre Juvenil Amazónica. Para Micaela Mercado Flores, vocera de este proceso, “el agua es cultura, es identidad y esta no es una lucha de edades, sino de todos”.

Desde la sociedad civil, Abel Chiroque, representante de la Defensoría del Pueblo, enfatizó que el encuentro no debe quedarse en declaraciones, sino traducirse en acciones concretas frente a la minería ilegal y la degradación ambiental.

La agenda de los próximos días contempla espacios de análisis participativo como el “Café Global”, paneles temáticos y talleres simultáneos que abordarán el vínculo entre agua, justicia, biodiversidad y culturas. El encuentro concluirá el viernes 3 de octubre con la lectura y aprobación de la Declaración Final de la Cumbre Amazónica del Agua, inspirada en los cuatro sueños de la Querida Amazonía.

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