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Obispos de Perú  llaman a defender la justicia y la verdad frente a la ley de amnistía

Bajo el lema bíblico “Aprendan a hacer el bien, busquen la justicia” (Is 1,17), diversos obispos de Perú, entre ellos el Cardenal Pedro Barreto Jimeno, SJ, presidente de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA), han expresado una firme voz profética frente a la recientemente aprobada ley de amnistía para miembros de las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y los Comités de Autodefensa que participaron en la lucha contra el terrorismo entre 1980 y 2000.

En su pronunciamiento, los pastores recordaron que “sin justicia no hay paz”, subrayando que esta ley, lejos de promover la reconciliación, fomenta la impunidad de delitos de lesa humanidad como desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, torturas y violaciones sexuales, crímenes condenados tanto en el ámbito nacional como en instancias internacionales de derechos humanos.

“El Perú no puede –ni debe– contradecir ni apartarse de tratados internacionales de derechos humanos suscritos y ratificados en el ejercicio de su soberanía”, señalaron los obispos.

El comunicado recuerda las conclusiones de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, que atribuyó al PCP-Sendero Luminoso el rol de principal perpetrador de crímenes y violaciones, pero también reconoce que en medio del conflicto, algunos agentes del Estado actuaron con violencia, provocando nuevas heridas en el tejido social.

Los obispos afirman que la amnistía generalizada niega la dignidad humana y la gravedad de los delitos cometidos, debilitando todo esfuerzo de unidad nacional. En este sentido, hicieron un llamado a los magistrados del Poder Judicial a ejercer control de la norma y garantizar que la justicia prevalezca sobre cualquier intento de impunidad.

“Que fluya, sí, el juicio como agua y la justicia como arroyo perenne” (Am 5,24).

Al mismo tiempo, los pastores expresaron su cercanía y acompañamiento a las víctimas del conflicto armado, retomando las palabras de San Juan Pablo II en Ayacucho: “No pierdan la esperanza y el propósito de vencer el mal con el bien. ¡Cristo nos acompaña y ha vencido el mal!”.

Finalmente, reiteraron que la Iglesia seguirá comprometida con procesos auténticos de reconciliación nacional, fundados en la verdad, la justicia y el respeto irrestricto de los derechos humanos, convencidos de que, como afirma el Papa Francisco, “el compromiso con los derechos humanos no termina nunca”.

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